domingo, 30 de octubre de 2011

El ascensor espacial

 
Un ascensor espacial es un ascensor que conecta la superficie de un planeta con el espacio.
Básicamente es una estación espacial de la que parte un cable de más de 36.000 km de largo que llega hasta el suelo. Para mantener el equilibrio de la estructura, además de situar el anclaje en algún punto lo más cerca posible del ecuador, para minimizar los efectos de tensión por la diferencia entre la rotación de la Tierra y la órbita geosincrónica del satélite, los ponentes de esta tecnología futurista proponen utilizar un tramo de cable idéntico extendido hacia el espacio o bien un contrapeso. Una vez el cable en su lugar, pueden subir y bajar por él naves y cargas a un coste unas cien veces menor que el que supone lanzarlas por medio de un cohete. (Prácticamente, el coste de la electricidad necesaria para impulsar el ascensor).
El concepto fue formulado, tal y como se conoce hoy día, por el ingeniero ruso Yuri Artsutanov en 1960, dentro de un artículo del diario Pravda «В Космос — на электровозе» (traducido al inglés como "To the cosmos by electric train"), aunque reconocía que la resistencia a la tracción necesaria para construir el cable no podía obtenerse con ningún material conocido en ese momento. Sin embargo, la idea de un ascensor espacial se remonta al 1895, concebida por el físico ruso Konstantin Tsiolkovsky.
El ascensor es realmente ambicioso, una obra de ingeniería de magnitud colosal consistente en un cable con una posición fija sobre la superficie de la Luna por el que personas o materiales pueden transportarse entre la superficie y la órbita lunar.
Los mayores problemas, según Laine, son el acceso al material Zylon y, por supuesto, el dinero. Sin embargo, construir semejante ingenio resultaría más barato que montar un ascensor espacial desde la Tierra. Un elevador desde la Tierra consiste en un cable largo, de unos 100.000 kilómetros de largo, anclado por un extremo en nuestro planeta con un contrapeso en el otro extremo, como un satélite de grandes dimensiones, situado en la órbita terrestre. La fuerza de rotación de la Tierra lo mantendría en tensión como un columpio que gira colgado de una atracción de feria. Pero utilizarlo costaría cientos de miles de dólares.
Marta Coronada González García

                                                                                                              

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